La familia
Mink et (1983) especuló que el mejor estado de ánimo en las
familias de niños con síndrome de Down se podía deber al efecto positivo del
niño en el clima del hogar
la mayoría de los padres experimentan mayor
independencia a medida que el niño llega
a la adolescencia y se vuelven más independientes,
algunas veces no sucede con todos los
niños con síndrome de Down ya que su
desarrollo es más lento y sus problemas de aprendizaje los fuerza a salirse del
ciclo de vida normal.
Dependiendo del nivel de capacidad, habilidad de interés comienzan
a tener menos contactos sociales y amigos que no tienen discapacidad intelectual, en los años de adolescencia, la mayoría están aislados y cada vez se
vuelven más dependientes de la familia
para la interacción social.
Los hermanos de los niños con DI presentan un panorama confuso con resultados
de contradicciones debido frecuentemente a problemas metodológicos, los roles y responsabilidades de los hermanos por las demandas de los padres, la mayoría de los
padres tenían la idea que el tener un hermano o hermana con síndrome de Down tenía un efecto positivo en sus demás hijos.